“Este libro hubo de llamarse Autopsia del Macho y tal vez todavía termine llamándose así. Aunque tampoco le vendría mal Autopsia del alma humana, porque finalmente estamos hablando de un examen post mortem del alma, que se forma y se desarrolla en familia. Es un producto afectivo de las relaciones entre el padre, la madre, los abuelos y los hijos, los hermanos e incluso los primos y los tíos. Todos ellos, parentescos a punto de desaparecer. Tal vez, finalmente no quede otra familia que la mamá, y el padre biológico será un accidente desconocido. Parece que fuéramos en camino hacia eso. Y no conozco almas que vivan solas, sin amar y ser amadas por otras almas y sus correspondientes cuerpos, de manera que seguiremos con esta cuestión tal como empezamos. Al menos mi alma personal, que no tiene nada de ejemplar, pero que en este momento es la única que tenemos a mano, ya que es ella quien escribe este libro, se formó bien o mal en el seno de mi familia encabezada por ellos. De todas maneras, soy un personaje de ficción desde el momento en que escribo un libro”.
En un texto de difícil clasificación (a mitad de camino entre la autobiografía, las memorias y el ensayo psicológico), Rolando Hanglin nos conduce por los vericuetos del pensamiento de un hombre maduro, que ha visto y vivido mucho, y que se dispone a compartir su sabiduría con todo aquel que tenga una mente abierta, libre de tabúes y preconceptos.
Páginas: 128
Formato: 15 x 23 cm
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 978-987-718-743-4